El pasado jueves 25 de mayo dió inicio «El Festival del Pitic» en su quinceava edición, antes de la entrada de la actual administración municipal, se le llamaba «Fiestas del Pitic» en mi sentir como ciudadano Hermosillense, inmediatamente pensé, ¡Claro! como hoy está un partido diferente a cargo de la administración pues le cambian de nombre para imponer su autoridad. Sin embargo, al respecto las autoridades municipales declararon que el cambio se debió a que como ´Festival´estarían en condiciones de acceder a más recursos para darle aún más relevancia al evento cultural que cada año, muchos esperamos con gran ilusión.

Bien, pues el evento estelar del día fue la presentación del famoso cantante norteamericano de los ochentas, el Señor Christopher Cross en el escenario de la plaza Alonso Vidal, el cual inició puntualmente a las 8pm. El cantante acompañado de su banda de música, según recuerdo cuatro integrantes además de dos bellas coristas que derrochaban alegría y simpatía, ingredientes escenciales de la belleza femenina. El escenario esta dispuesto con un Christopher de aspecto tranquilo, de figura, como siempre, «llenito», una barba que se apreciaba de tres días y una boina estilo europeo que le daban también un aire de informalidad, más no de descuido, pero ciertamente con la libertad de los consagrados que no requieren aparecer vestidos de smoking, para demostrar lo que no son.

Inició su presentación con «Sailing» (navegando) uno de sus grandes éxitos que nos llenó de emoción a todos los presentes, en su mayoría, gente madura, como un servidor. Y como no podría alegrarnos y empezar a hacer uso de nuestros teléfonos «inteligentes» para captar en video aunque sea un minuto e inmediatamente enviarlo por las redes sociales preferidas de cada quien para presumir nuestra presencia en el espectaculo de uno de los «grandes» de la música norteamericana con cuya música soñamos despiertos, nos enamoramos, bailamos y hasta desquitamos nuestras tristezas y fracasos sentimentales.

No estoy seguro si a la tercera o cuarta canción, el sonido falló para sorpresa de todos, público y artistas, pero ellos, sabedores de que «el show debe continuar» aún en los imprevistos, siguieron cantando y tocando como si no pasara nada y deseando que pronto se arreglará la falla técnica. Y así fue, el espectaculo volvió a revivir con el sonido para deleite de los espectadores, para seguir conectados con ese momento mágico-musical. Y para mi gusto el momento más especial de la presentación es cuando canta Mr. Cross y una de las coristas una canción en español que a todos nos gustó y también aplaudimos con entusiasmo. Así, transcurrió el evento con sus benéficos efectos de extásis en cada cuerpo presente, para al final despedirse con la canción «Imagine» de John Lennon que nos volvió a prender a todos a pesar del cansancio que nos causaba el estar sentados en sillas metálicas durante todo el tiempo que vivimos esa experiencia que definitivamente tocó nuestros corazones, aunque sea, al más puro estilo de «La Cenicienta» es decir, con fecha de caducidad. Así que, bendita música, benditos músicos, benditos quienes los apreciamos. Amén.

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